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Las etiquetas siempre aportan una gran cantidad de información, sea cual sea el producto, ayudando al consumidor a tomar una decisión de compra, permitiendo comparar productos y preferencias del consumidor. Además, las etiquetas para productos alimenticios son las más detalladas y las más reguladas por su importancia para la salud pública.

Por eso es tan importante conocer qué información deben llevar las etiquetas de productos alimenticios antes de su diseño, para conseguir una estética atractiva incluyendo claramente los datos que son útiles para el consumidor. Te contamos todos los detalles y nuestros consejos a continuación.

Información obligatoria en etiquetas de alimentos

Todo el contenido de una etiqueta de alimentos está regulado por el Reglamento (UE) nº 1169/2011 del Parlamento Europeo y del Consejo de 25 de octubre de 2011. Esta norma recoge la información obligatoria de la etiqueta, pero también de los letreros comerciales, de las marcas, del embalaje y de todo lo que tenga que ver con los alimentos.

La información obligatoria de las etiquetas viene recogida concretamente en el artículo 9 y establece que se debe especificar:

La denominación del alimento
La lista de ingredientes en orden decreciente de porcentaje
Todo ingrediente o añadido que pueda generar alergias o intolerancias y que siga presente en el producto acabado aunque haya cambiado su forma
La cantidad de determinados ingredientes o de determinadas categorías
La cantidad neta del producto
La fecha de caducidad o la fecha de duración mínima
Las condiciones especiales de modo de uso, utilización y/o de conservación
El país de origen o el lugar de procedencia del alimento
La información nutricional
El modo de empleo en caso de ser necesario
El lote al que pertenece el producto
La identificación de la empresa (nombre, razón social, etc.)

También se regula el tamaño mínimo de la tipografía utilizada, el idioma y otros muchos detalles a tener en cuenta para cumplir la normativa.

Información nutricional

Entre toda esa cantidad de datos disponibles para los consumidores, la información nutricional es una de las que más interesa y, por tanto, la que más se consulta junto con la lista de ingredientes.

Esta información puede incluir infinidad de cifras desglosadas, pero solo algunas son de carácter obligatorio: el valor energético, la cantidad de grasa y de grasas saturadas, los hidratos de carbono, las proteínas, la sal y los azúcares.

A partir de ahí, el fabricante decide si quiere incluir otros como el almidón, la fibra o anexos con vitaminas o minerales.

Alergias o intolerancias

Las alergias y/o intolerancias también deben quedar registradas en las etiquetas de los productos de alimentación porque pueden poner en riesgo la salud y la vida de las personas que los consumen. Por eso, en todas las etiquetas debe figurar si ese alimento contiene o pudiera contener sustancias como frutos secos o trazas, lactosa, etc.

Esta información debe aparecer con otra tipografía y más oscura que el resto del texto de la etiqueta.

Declaraciones saludables en las etiquetas de productos

Una declaración saludable es cualquiera que afirme, de a entender o sugiera que hay una relación entre uno o varios alimentos y la salud. Esto está regulado por el Reglamento 1924/2006 del Parlamento Europeo y del Consejo de 20 de diciembre de 2006. Al contrario de las declaraciones nutricionales, que especifican los beneficios nutricionales de esos ingredientes demostrados científicamente.

Por ejemplo, una declaración nutricional en un envase de leche incidiría en el beneficio del calcio para los huesos. Una declaración saludable incluiría la importancia de tener una dieta saludable en un bollo.