Diferencias entre Transferencia Térmica y la Térmica Directa
En el mercado podemos encontrar diferentes tipos de impresoras de etiquetas, pero al observar las especificaciones nos podemos encontrar con modelos que imprimen a la misma resolución, utilizan el mismo papel y lo hacen a la misma velocidad. Entonces, ¿en qué se diferencian? En función del uso que se vaya a hacer de la impresora de etiquetas, hay unas que utilizan la transferencia térmica y otras cuyo método es la impresión térmica directa.
Las impresoras de impresión térmica directa aplican el calor directamente desde el cabezal sobre la superficie de la etiqueta. El material cambia de color por la reacción química que se desencadena y, por tanto, estas etiquetas son más sensibles a los medios externos y menos duraderas.
Por otro lado, Las impresoras de etiquetas de transferencia térmica utilizan una cinta de tinta (ribbon) que se calienta y permite la impresión en diferentes superficies como tela, polipropileno, etiquetas plásticas, etc. por lo que los resultados son más duraderos.
¿Qué tipo de impresora elegir?
El tipo de impresora de etiquetas a elegir va a depender totalmente del uso que se quiera dar a las etiquetas creadas.
La impresión térmica directa tiene su mayor ventaja en que no necesita consumibles como cartuchos de tinta o tóner, más allá de las propias etiquetas ya que la impresora aplica el calor desde el cabezal sobre la superficie de la etiqueta cambiando de color tras una reacción química al contacto con el calor.
Como ya adelantábamos, el resultado es más sensible y menos duradero, así que si las etiquetas van a estar expuestas a agentes externos como altas temperaturas, luz, etc. se deteriorarán con facilidad. Al final, el contenido de la etiqueta (códigos de barras, QR, direcciones…) será ilegible porque la etiqueta se oscurece. Por este motivo, las impresoras de impresión térmica directa no son aconsejables para etiquetas que deban ser legibles durante mucho tiempo.
Al contrario, la transferencia térmica si necesita consumibles, pero su impresión es de mayor calidad, mucho más duradera y resistente a agentes externos.
¿Cuándo se usa la impresión térmica directa?
Conociendo sus características, se recomiendan las impresoras de etiquetas de impresión térmica directa para ocasiones efímeras. Por ejemplo, son muy usadas en las agencias de transporte para leer los códigos que solo son útiles en los días de envío o en las etiquetas de identificación de visitantes en ciertas empresas. También son muy útiles en los centros sanitarios para las pulseras y etiquetas que identifican a los pacientes o en los locales de ocio.
¿Y la transferencia térmica?
La transferencia térmica hace que la tinta de la cinta se derrita sobre el soporte con el calor del cabezal. Estas etiquetas tienen una durabilidad mucho más alta y los datos (códigos de barras, texto…) son legibles mucho más tiempo. Es la técnica más utilizada no solo por su resistencia, también por la cantidad de soportes que admite.
Antes de realizar la impresión hay que asegurarse de colocar una cinta de tinta adecuada para el soporte de la impresión porque hay modelos para poliéster, plásticos, papeles y otras variantes. Estas impresoras se usan, por ejemplo, en los laboratorios para la identificación de muestras, en empresas de alimentación, en tarjetas de identificación y, en definitiva, en ocasiones en las que las etiquetas tienen que ser muy duraderas.
¿Qué tipo de impresión es más económica?
Cada una de estas técnicas de impresión tiene modelos de impresora más o menos económicas dependiendo de su calidad.
En general, se tiende a pensar que las impresoras de etiquetas de impresión térmica directa son más económicas a la larga porque no necesita los consumibles de las cintas de tinta. Sin embargo, al imprimir directamente con el cabezal esta pieza se deteriora más rápidamente ya que las etiquetas son más gruesas que el ribbon y lo rozan continuamente. Esto quiere decir que en una impresora de transferencia térmica el cabezal dura más tiempo.
Obviamente, un cabezal es más costoso que un consumible, así que para decidir qué impresora comprar, hay que tener en cuenta la cantidad de impresiones aproximada que se van a hacer y el tamaño de las etiquetas que se pretenden imprimir. En función de estos datos, se puede hacer un cálculo para saber qué tipo de impresora es más económica.
